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¿Por qué hemos elegido para los productos infantiles la combinación de omega-3 con vitaminas D3 y K2?Actualizado 2 months ago

La santísima trinidad entre los complementos alimenticios para los más pequeños. 

La vitamina D3, la K2 y los ácidos grasos semiesenciales DHA y EPA son nutrientes que en las condiciones actuales no es sencillo obtener en cantidades suficientes a partir de la dieta habitual y, al mismo tiempo, son clave para garantizar el desarrollo normal de los niños.  Por ejemplo, con el calcio, que también suele relacionarse con la nutrición de los niños en crecimiento, no es tan difícil alcanzar un aporte óptimo desde una dieta equilibrada. En cambio, con la vitamina D3 y la K2, así como con el DHA, no es fácil diseñar un menú que evite en los más pequeños una ingesta subóptima o insuficiente. Por ello, la comunidad científica suele recomendar la suplementación de vitamina D3, K2, DHA y EPA, especialmente en mujeres embarazadas, lactantes y en grupos nutricionalmente vulnerables de niños pequeños (es decir, aquellos que no tienen hábitos alimentarios óptimos). 

¿Qué consecuencias tiene la falta de DHA y EPA, y de las vitaminas D3 y K2?

La ingesta insuficiente de estas vitaminas y nutrientes se asocia con un desarrollo alterado del esqueleto, la salud dental, una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades autoinmunes, el inicio de enfermedades neurodegenerativas (incluidos los trastornos del espectro autista), así como con resistencia a la insulina y alteraciones de la coagulación sanguínea.

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